No sabía si escribir este post sobre las cuchillas Laser Super Platinum. No me gusta escribir sobre productos a los que parece que tengo manía, pero no quisiera que otro repitiera el mismo error que yo con esta hoja de afeitar que más parece un método de tortura. Así que voy a dejar esta opinión y review sobre las cuchillas Laser como aviso a navegantes. Y si aún así hay alguien que quiere probar a afeitarse con las cuchillas Laser Super Platinum, Dios te tenga en su gloria.
Cuchillas Laser Super Platinum, the ultimate shave
Como podéis ver, lo de “cuchillas Laser the ultimate shave” no es marketing mío, es algo de la marca. Y debo decir que tienen parte de razón con lo de the ultimate shave. Pero en castellano. Son el último afeitado. Exactamente el primero y el último con éstas cuchillas. Y si tienes mala suerte, el último porque te puedes dejar la cara en el afeitado. Cuando me afeité con ellas (digo afeitar por decir algo) y luego me fijé en lo de “the ultimate shave” pensé que la marca se estaba riendo en mi cara. Y no me extrañaría, porque llamarle cuchillas a esto es difícil. Acabas antes y mejor afeitándote con una cucharilla de mokka.
Pero vayamos a mi experiencia de afeitado propiamente, para que me entendáis. A primera vista, nada raro en la cuchilla, parece normal. La coloco en la maquinilla, pongo el agua caliente, me voy calentando y remojando la barba, hago la espuma y me la aplico. Y ahí comienza mi aventura con las cuchillas Laser Platinum.
Comienzo por una parte fácil y noble, patilla y mejilla. Suerte que lo hice así. Hago la típica pasada con la que otras cuchillas cortan todo el pelo y dejan la piel al descubierto y brillante. Pues bien, hago la mismo pero hasta la mitad. Se traba y me quedo mirando. No ha cortado la mitad de los pelos. Mal empezamos, pero por lo menos no me cortado. Intento acabar esa pasada y antes de trabarse otra vez y dejar más pelos sin cortar, me fijo en que en la parte afeitada me comienzan a salir puntitos rojos. Los poros. Estupendo, se traba, no corta y lo que corta lo hace mal y sangran los poros.
Me calmo e intento pensar que quizás tengo mal día con la mano o el lado de la cara. Cambio de lado e intento hacer lo mismo con más atención. Igual o peor. Ya interiorizo que no voy a terminar el afeitado con esa cuchilla, pero quiero hacer una última prueba. Quiero dar una pequeña pasada por el cuello. Soy idiota. Pero la cuchilla Laser hace su trabajo. Y su trabajo es trabarse, pegar tirones e irritar. Una pequeña pasada y parece que me está arrancando los pelos a bocados. Horrible. Hay matrimonios sin amor menos desagradables. A partir de ahí desisto, ya he tenido bastante con las cuchillas Laser Platinum y su ultimate shave. Cambio la cuchilla Laser por una Voskhod y se acabó el problema.
Hacedme caso, cualquiera de éstas otras cuchillas es mejor opción:
Opinión sobre las cuchillas Laser. ¿Las compraría otra vez?
Respuesta corta: No.
Respuesta algo más extendida: No, ni de broma.
Respuesta larga: No es que no las fuese a comprar otra vez, es que pagaría una máquina del tiempo para volver al pasado y pegarme una colleja para no comprarlas la primera vez. Incluso ponerme una tira de cera caliente en la cara y tirar sería mejor opción de afeitado. Creo que así se me puede entender. Pero si eres un masoquista redomado y te van las experiencias fuertes, siempre puedes comprarlas. Aunque va a ser raro gastarse más en en yodo para las heridas que en las cuchillas. Y si te gustan las experiencias fuertes, éstas pueden ser tus cuchillas. Hay salas de tortura de las que sales menos castigado. Pero si acabas comprando las cuchillas Laser Super Platinum porque eres cabezón, enhorabuena. En Halloween sólo necesitarás un jersey y un sombrero para ir de Freddy Krugger, porque la cara desecha y las cuchillas ya las tendrás.
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